domingo, 10 de marzo de 2013

Ángela Figuera Aymerich- Presentada por Ascensión Varela "Chon"



Café y Autor

  
 En los cristales del aula la noche dejó chorreando sus gotas en forma de lluvia, para espiar al día que asoma despacio su luz de mañana tardía. Otro martes de café y poesía, otro martes de cómplices suspiros y parpados cerrados, para sentir la vida en la voz  mesurada de Chon que nos muestra, en cada verso declamado y perfectamente escogido, el alma fecunda de Ángela Figuera Aymerich.
Sigue sonando la lluvia en los cristales pero se apaga la melancolía del día gris, y Chon enciende nuestras ganas dejando en nuestros labios el gusto a la buena poesía, la belleza de esa poetisa bilbaína que desnudándose en cada verso nos dibuja un tiempo pasado que no es mejor hoy. Se descifra la vida en la mirada y la sonrisa de Chon mientras en el aula suena el eco adormecido de esa mujer de barro, madre y mujer, que se contempla así misma como sujeto activo de un cambio social.
El olor a café aclara la lluvia y define el momento: entre poemas, paráfrasis y notas, el martes se convierte en la gala de una magistral presentación.  
Puri Martins


 
Angela Figuera Aymerich

Poeta española nacida en Bilbao en el seno de una familia de clase media, en una sociedad machista. Su biografía repite la de otras muchas mujeres de comienzos de siglo, empeñadas en acceder a los estudios superiores, al trabajo, a la cultura en todas sus formas, a la igualdad. En el caso de nuestra poetisa, por encima de impedimentos familiares y sociales, logró finalizar los estudios de Filosofía y Letras, siendo destinada en 1932 al Instituto de Huelva. Ese mismo año contraía matrimonio con el hombre que le iba a acompañar el resto de su vida, Julio Figuera. Ya en 1935 da a luz a un niño que muere al ser extraído con fórceps.

Después del golpe militar contra la República, Ángela, embarazada de nuevo, conocerá entonces lo que describió como “la muerte en torrentera”, primero en el Madrid asediado por los golpistas, donde nace su hijo Juan Ramón, luego en Valencia. La derrota de la República trae consigo la de sus defensores, privados de sus titulaciones académicas, empleos, bienes. Perseguidos por los vencedores, el conjunto de la familia Figuera decide trasladarse a Madrid, donde pasarán más desapercibidos y, tal vez, podrán encontrar trabajo. Mientras la situación se normaliza, Ángela y su hijo se trasladan a Soria donde, de alguna manera, la escritora reencuentra la paz, el paraíso perdido, y la realización de muchos de sus anhelos juveniles.
La poetisa escribía casi desde su infancia, poemas de corte modernista, imitativos según su propia definición, que rara vez han sido publicados y de los que apenas se conservan los recogidos en un cuaderno inédito. Después de la república se produce un cambio muy importante: por primera vez tiene la oportunidad de publicar y aparece así Mujer de barro (1948), poemario con el cual es ya reconocida como una poetisa destacada en el nuevo panorama literario español. Le seguirá Soria pura (1949). Dos obras clasificadas por la autora dentro de su etapa intimista; en ellas se refleja la mujer que vuelve a ser feliz tras tanta muerte y desastre, la persona realizada en el ámbito familiar y en el amor. Como no podía ser menos, estos primeros libros conocerán ya los problemas con la censura, especialmente por su sensualidad y erotismo. Pero la felicidad no dura, no puede en un mundo degradado como el de la Europa de posguerras. La escritora descubrirá entonces la miseria, el dolor, el hambre, la injusticia. Con Vencida por el ángel (1950) se inicia su etapa preocupada, período que abarcará los restantes poemarios, a excepción de los últimos trabajos dedicados al mundo infantil en los que retornará al intimismo. La escritora es incluida junto con Blas de Otero y Gabriel Celaya en el llamado triunvirato vasco de la poesía social.
Belleza cruel es, su libro más conocido, una serie de poemas rabiosos y críticos que la censura no permitió publicar, pero remitió la obra a unos amigos residentes en México quienes la presentaron al Premio de Poesía Nueva España. El libro gana el premio y es editado con un prólogo realmente histórico de León Felipe.
Toco la tierra es el agotamiento de la escritora que comprende lo reiterativo de sus llamadas a transformar la vida. A partir de este momento se produce la progresiva retirada de Ángela Figuera del panorama literario y un rápido e inmerecido olvido.
En la poesía de Ángela encontramos la voz de una mujer sincera, consciente de su papel y de su función, que escribe para que la entiendan. Una mujer ubicada en una auténtica encrucijada de caminos: vasca en Madrid, generacionalmente entroncada con el 27 pero que conecta con los poetas de la posguerra, antifranquista, escritora en un mundo dominado por hombres, madre, a la vez temprana lectora de Simone de Beauvoir y defensora del papel social de la mujer, sin definirse por ello feminista. Una escritora que intentó siempre construir puentes entre muy distintas sensibilidades artísticas, culturales, políticas...Ángela Figuera se constituye en los años 50, además, como una auténtica bisagra entre los círculos culturales vascos y madrileños. Por todo ello no debemos, no podemos olvidarla. Necesitamos de Ángela Figuera.
Murió en Madrid en 1984, pero su voz sigue viva al ser una de las más hondas y claras de la poesía española.

OBRA
Mujer de barro (1948), Soria pura (1949), Vencida por el ángel (1950), El grito inútil (1952), Víspera de la vida (1953), Los días duros (1953), Belleza cruel (1953) y Toco la tierra. Letanías (1962).
Resumen según datos recopilados en:  

  


1 comentario:

  1. bella foto y hermosa presentación...mi tarde de domingo se hace mas amena con esta lectura y el recuerdo de nuestros martes...un abrazo cariñoso y fraterno...

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