domingo, 10 de marzo de 2013

Rosalía de Castro -Presentada por Leonor García

Café y Autor

Amanece a las diez un martes preciso de un mes cualquiera. Resuena poesía y huele a café y añoranzas, a lucha y a vida...Se nos abre el alma y descubrimos a Rosalía de Castro en la voz humilde y tímida de Leonor. Versos e historia se mezclan en una exposición ejemplar, la mejor exposición para una poeta de altura.
De cada verso saca Leonor la esencia de esa mujer escondida tras la poesía y tras ese halo misterioso y lúgubre que siempre la acompañó. Con la cadencia precisa, pero con los nervios de saberse observada, nos revela la vida, la obra...y mil y un matices de la mujer incomprendida, la mujer que en soledad y en silencio trascendió su tiempo y su país escribiendo la más bella literatura.
Sigue oliendo a café y la voz de Leonor sigue traspasando el cristal de la consciencia para dejarnos adormecidas entre Cantares y Follas, En las orillas del Sar...como una leyenda inalcanzable e irrepetible...la vida y milagros de la Gallega más universal.
Puri Martins

ROSALÍA DE CASTRO

Nació Rosalía de Castro en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837. En su partida de nacimiento figura como «hija de padres incógnitos», puntualizándose, sin embargo, que «va sin número por no haber pasado a la Inclusa». Su madre, doña María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, de familia hidalga venida a menos, nació el 24 de noviembre de 1804. Doña Teresa tenía treinta y dos años y tres meses cuando nació Rosalía. Su padre, don José Martínez Viojo, nacido el 7 de febrero de 1798 acababa de cumplir treinta y nueve, y era sacerdote; no pudo, por tanto, reconocer, ni legitimar a su hija, aunque sí parece que se interesó por ella y encargó de su cuidado a sus hermanas.
No sabemos si doña Teresa vio con frecuencia a su hija mientras ésta vivió con la familia paterna; quizá sí. Y el hecho de vivir con ella desde los cinco años explica el profundo cariño que llegó a inspirar a su hija. Rosalía se casa en el año 1858, interrumpiéndose la convivencia entre las dos mujeres. Doña Teresa muere repentinamente cuatro años más tarde, en 1862. Rosalía escribe entonces un tomito de poesías, A mi madre, donde da muestras de un gran dolor y sobre todo de un sentimiento de soledad que ya no la abandonará nunca. Nada pudo llenar el hueco que había dejado la madre en su vida.
Rosalía debió de sentir por su madre, además de cariño, compasión y agradecimiento. Como tantas protagonistas de sus poemas, su madre era la pobre mujer enamorada y engañada por el varón. Pero era también la mujer que, finalmente, se enfrentó a la sociedad para reconocer el fruto de su desliz y reparar así su falta. En su primera novela La hija del mar, Rosalía brinda un homenaje al valor de su madre cuando, refiriéndose a una niña expósita dice: «Hija de un momento de perdición, su madre no tuvo siquiera para santificar su yerro aquel amor con que una madre desdichada hace respetar su desgracia ante todas las miradas, desde las más púdicas hasta las más hipócritas».
Qué clase de instrucción recibió Rosalía? Parece que fue escasa. No sabemos si cursó estudios, aunque los biógrafos se inclinan a pensar que no, excepto algo de Dibujo y Música en las aulas de la Sociedad Económica de Amigos del País. Un índice de su escasa escolaridad son las abundantes faltas de ortografía de los autógrafos que conservamos de ella.
Un capítulo importantísimo en su vida son sus relaciones con Manuel Murguía con quien contrae matrimonio el 10 de octubre de 1858. Gracias a su esposo, Rosalía se lanzó a la vida literaria y eso le hemos de agradecer, también lo es que nos privó, con la destrucción de las cartas, de un elemento importante para conocer su carácter y su obra. El propio Murguía nos cuenta este episodio:
«Como ya se acercan los días de la muerte, he empezado por leer y romper las cartas de aquella que tanto amé en este mundo. Fui leyéndolas y renovándose en mi corazón alegrías, tristezas, esperanzas, desengaños, pero tan llenas de uno que en realidad, al hacerlas pedazos, como cosas inútiles y que a nadie importan, sentí renovarse las alegrías y dolores de otros tiempos. Verdaderamente la vejez es un misterio, una cosa sin nombre, cuando he podido leer aquellas cartas que me hablaban de mis días pasados, sin que ni mi corazón ni mis ojos sangraran. ¿Para qué?, para que me decían. Si hemos de vernos pronto, ya hablaremos en el más allá».
En los escasos restos conservados se descubre que Rosalía encontró en Murguía uno de los pocos apoyos de que disfrutó en su vida, que le consideraba como «la persona a quien más se quiere en el mundo», que muchas veces no se sentía correspondida en la misma medida, y que, entonces, o rabiaba o hacía «reflexiones harto filosóficas respecto a la realidad de los maridos y la inestabilidad de los sentimientos humanos».
Un punto de la biografía de Rosalía en el que hubo bastante confusión se refiere al número de sus hijos e, incluso, a su sexo. Tuvo siete hijos a los que acercándose su muerte encargó quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejada sin publicar. Dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: 'Abre esa ventana, que quiero ver el mar', y cerrando sus ojos para siempre, expiró»...
Desde Padrón, en donde murió Rosalía, no puede verse el mar. Murió Rosalía el 15 de julio de 1885.
OBRA
Rosalía de Castro a la que Azorín definió como «uno de los más delicados, de los más intensos, de los más originales poetas que ha producido España», no se ajustaba a los cánones de la literatura femenina, su poesía, de temática existencial, en la que se planteaba el sentido de la vida, el silencio de Dios, la injusticia social, los problemas de unas gentes que tenían que emigrar para ganarse la vida, no era la poesía «femenina», no era así como la sociedad y los críticos pensaban que tenían que escribir las mujeres.
Con sus libros Cantares Gallegos y Follas novas devolvió al gallego la categoría de lengua literaria, la voz de un pueblo que había perdido su voz.
En las orillas del Sar, su libro más conocido, es la mejor obra del Romanticismo español, y el punto de partida de una nueva lírica, que será continuada por Antonio Machado y la poesía del siglo XX que llamamos existencial, es decir, aquella que se enfrenta a los grandes enigmas de la vida humana.
Aparte de la obra narrativa, la obra poética de Rosalía de Castro la coloca entre los grandes nombres de la literatura universal.
Poesía
 La Flor, A mi Madre, Cantares Gallegos, Follas Novas, En las orillas del Sar
 Prosa
 La Hija del Mar, Flavio, Ruinas, El Caballero de las Botas Azules, El Primer Loco
Datos recopilados en:
http://www.cervantesvirtual.com/
  

1 comentario:

  1. leo y aprendo...y los extraño en cada verso que mi corazón plasma en una hoja en blanco...gracias por aceptarme entre ustedes... ojala la vida nos permita reunirnos de nuevo....mientras tanto caminaré con el recuerdo de sus letras...

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